miércoles, 26 de mayo de 2010

"sadness is a wallpaper
joy is artwork in the wall
i am a collectionist
look at all my art
but behind the frames
there's the sadness i recall"

- perry simmons

lunes, 10 de mayo de 2010

Madres

Ana Cacho: Sola en el día de las madres.
- Titular de el Nuevo Día (Primera Plana)

Sabemos quiénes son hindúes (o indios, no sé, gente de la India, esto siempre me confunde) por la piel y las cejas. También por los pantalones blancos, los zapatos puntiagudos de cuero (blanco), las prendas, los colores, las flores. Hablan en otras lenguas, pero a veces dicen bye-bye, o piden reservaciones en español. La niña es hermosa, educada, me hubiese gustado preguntarle el nombre. Nicole o Prerna?
Los Ficos, los de siempre, sabemos quién es su padre. El nos contrata, él contrata a todos aquí. Son unos cuantos hermanos y primos, he estado antes en su casa. Por lo general se distinguen por rubios y engreídos. Uno de ellos trató de arrancarme el frisbee de la mano. Lo miré severamente, pero a sus espaldas estaba la playa y pude ignorarlo fácilmente. El otro no paró de decir culo, pero a pesar de todo creo que es un niño bueno, como que ha mejorado. Quizá en el futuro sea simpático.
Todo el mundo es servicial (quiero decir, solo aquellos que proveen el servicio lo hacen muy bien) y el landscaping es increíble, de maravilla. Palmas, helechos, el lago y las garzas. Un cangrejo murió a merced de un frisbee violento. Este iba controlado por la mano agresiva de un monstruo de siete u ocho años. Este lugar está lleno de monstruos. (y de tragos a medio beber.)
Los abuelos, siempre a la mirilla. Quizá con ellos empezó todo esto, pero no importa. Ahora lucen tiernos y vencidos ante el tiempo, que ha sido lo único que no han podido comprar. Luego, bajo la llovizna y bajo la sombrilla, se montan en una van familiar Honda, negra y nuevecita, y se van a la Villa, y allí descansan.
A veces pienso en que los otros empleados (los que están siempre) nos miran como entendiéndonos, o avisándonos del desastre que se avecina. Nos prestan los carritos de golf, pero nos advierten que todos allí están muertos, cuidado. Otros miran pidiendo rescate, auxilio. No saben cómo llegaron y no saben cómo salir de ahí. Los ataviaron con guayaberas que uniforman y los soltaron en un corral donde un hombre toca guitarra en una esquina. El también está aquí solo por ahora, más tarde se irá.
Entonces nosotros nos fuimos también, después de maquillarnos en otros. Gatitos, tigres, princesas, mariposas, y un niño me pidió que le pintara un tren. (En el cachete.) Hice un tren negro, como de los de vapor, con la parilla triangular de al frente, una chimenea con humo y un vagón. No se me ocurrió cómo pintar un tren moderno. No puedo pintar cosas tan cercanas a mí.

sábado, 8 de mayo de 2010

Sábado

En la Estación de Roosevelt se montó un joven de pelo marrón, camisa de botones y pantalones. Durante el viaje en tren me miraba, y a veces hablaba por teléfono. Cuando llegamos a Sagrado Corazón, pensando que nuestros caminos se separarían, me miró como despidiéndose. Para nuestra sorpresa, ambos íbamos a tomar la misma guagua en dirección a San Juan. Durante el viaje en guagua, me miraba.
Con la mirada le dije
-Yo no quiero jugar este juego.
-¿Cuál juego?
-El juego de las miradas.
Luego, el asiento a mi lado se desocupó y él se sentó. Desde ahí me miraba las manos. Creo que esperaba que abriera mi libreta.